Por: Lic. M.Sc. Willy Marcos Chipana Mamani
Periodista
Este viernes, me encontré con muchos compañeros periodistas en la Federación de Trabajadores de la Prensa de La Paz (FTPLP), al margen de las risas, bromas y el diálogo ameno por el Día del Periodista, me preguntaron que si será posible la implementación del yuan para las operaciones comerciales como alternativa del dólar. Esto me hizo recuerdo a los autos, telas, zapatos, muebles y ganchos chinos que causaron el cierre de muchas empresas por los precios bajos a los que se venden en el país.
Inicialmente, dije que el Presidente Luis Arce, señaló que su gobierno analiza la posibilidad de emplear el yuan para realizar las transacciones internacionales ante la falta de dólares. Además, de manera sugestiva, los gobiernos de la Argentina y de Brasil realizaron las gestiones para realizar las operaciones entre sus monedas nacionales y el yuan.
La propuesta parece ser interesante por la balanza comercial que al momento es favorable para China y no para Bolivia; sin embargo, la medida no se podrá realizar a corto plazo, debido a que una gran mayoría de los bolivianos no cuenta con yuanes ni existen lugares de cambio de la moneda China en el país. ¿Cuántos comerciantes que van a Iquique, Yacuiba o al Desaguadero para traer mercadería hacen uso del yuan? ¿La importación y venta de autos chinos o productos de ésta nación se hace en yuanes o en dólares?
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la importación de bienes chinos en enero 2022 respecto a enero 2023, pasó de $us 169,2 millones (participación del 23,6% respecto al total) a $us 183,2 millones (una participación del 18,2%) y las exportaciones en similar periodo pasaron de $us 34,4 millones (participación del 3,1%) a $us 74,2 millones (participación del 9,8%).
Por este motivo, en corto plazo no es imposible que las operaciones comerciales se hagan en yuanes, aunque a mediano y largo plazo podría ser posible, pero para ello se deben aplicar las oportunas medidas en política cambiaria por parte del Banco Central de Bolivia (BCB). Esta propuesta que realizó el Presidente Arce, tiene como causa la falta de dólares en las reservas internacionales netas (RIN), lo cual no se soluciona con este tipo de acciones, sino con otras decisiones que deben ser estructurales.
Tampoco, la venta de 21 de las 42,5 toneladas de oro y la respectiva compra por parte del ente emisor a privados será la solución, aunque se estima que generará al menos $us 1.200 millones, lo cual podría alcanzar para un mes de importación que ronda los $us 1.000 millones. El problema radica en el aumento de la producción de bienes y servicios con valor agregado en el marco de la tecnología y la ciencia.
Es estos momentos, lo urgente es generar dólares y más dólares, ante un escenario adverso que se caracteriza por la caída de la renta de petrolera porque entre 2014 y 2022, el monto descendió de $us 5.489 millones a $us 2.970 millones porque no hubo exploración ni explotación de campos hidrocarburíferos. La generación de dólares debe servir para fortalecer las reservas internacionales netas (RIN) que disminuyeron a causa del déficit fiscal que en 2022 alcanzó el 7,2%.
¿Qué hacer?
Es importante que el BCB asuma una independencia institucional en el manejo de la política cambiaria, monetaria y fiscal para evitar que sea subsumido por los deseos del partido político en función de gobierno. Es necesario realizar ajustes en el gasto corriente que se traduzca en la reducción significativa de los salarios de los ministros, viceministros, directores nacionales y jefes de unidad, así como en el uso de vehículos, suprimir o cerrar las empresas estatales que no sean rentables.
Además, realizar un acuerdo nacional entre el sector público y privado por una mayor producción y empleo, debido a que la mayor parte de las exportaciones en 2022 ($us 13.653 millones) provienen del sector privado con el objetivo de impulsar la producción de bienes con valor agregado, las exportaciones tradicionales y no tradicionales, eliminar las barreras existentes para la productividad e implementar medidas que incentiven el turismo. Asimismo, atraer inversión extranjera en base a reglas claras.
Si el gobierno accede a deuda externa debe ser destinada exclusivamente a la generación de bienes con valor agregado y no para cubrir gasto corriente o para la venta de dólares porque el problema radica en generar más productividad para obtener más dólares para las arcas del Estado de forma sostenible en el tiempo.
antener un nivel aceptable de déficit siempre y cuando se concreten de forma acelerada y en corto tiempo los proyectos productivos del litio, el mutún, una nueva planta de urea, la venta de electricidad y la aplicación de proyectos agropecuarios de forma inmediata en el área rural, los cuales se traduzcan en maquinaria de última generación y genética mejorada (en la producción de alimentos y ganado ovino, porcino, bovino o caprino).
Es importante acelerar la implementación de los proyectos de producción de biodiésel y otros que incrementen la producción de gasolina y diésel, así como los planes de exploración y explotación de hidrocarburos. La tardanza de éstos proyectos sólo causa la agonía de la economía porque Bolivia dejó de producir los suficientes volúmenes gas natural para abastecer los mercados de Argentina y Brasil.
Eliminar el impuesto a la transacción financiera (ITF) con el objetivo que la población ahorre en el sistema financiero, lo cual aumente la oferta de créditos y mejorar las tasas para los ahorristas. Se debe entender que la generación de dólares será llevadera en la medida en que el país sea sostenible en lo financiero a largo plazo, lo cual se logrará con mayor productividad y tecnología.
Esta es una única clave para salir adelante, pues entre 2014 y el 8 de febrero de 2023, las RIN cayeron de $us 15.122 millones a $us 3.538 millones. El implementar el yuan o la ley del oro son medidas que no van al fondo del problema de la economía del país, lo cual debe causar la reflexión de todos.
Los planteamientos expresados en la presente columna de opinión no comprometen la línea editorial de esta casa periodística.