Por: Lic. M.Sc. Willy Marcos Chipana Mamani
Periodista
El Estado boliviano nuevamente ingresa en la encrucijada sobre el cumplimiento de los volúmenes de gas natural que debe exportar a la Argentina y al Brasil en función de los contratos que firmó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) con Energía Argentina SA (Enarsa) y Petrobras.
Para este cometido, se debe precisar que entre 2014 y febrero de 2023, la producción de gas natural registró una caída de 59,33 millones de metros cúbicos por día (MMmcd) a 37 MMmcd. Estos datos se basan en el Informe de la Rendición Pública de Cuentas Final 2022 del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, el Centro Departamental de Monitoreo y Fiscalización en Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz y de YPFB.
Según la estatal petrolera, en 2022, el consumo interno de gas natural alcanzó en promedio los 12,6 millones de metros cúbicos día (MMmcd), el mismo año, la venta de gas al Brasil fue de 16,79 MMmcd en promedio, y en el caso de la Argentina, la venta del energético alcanzó en promedio los 10,8 MMmcd. La suma de las tres variables (mercado interno, Brasil y Argentina) alcanzan a 40,1 MMmcd.
Ahora bien, si la demanda de gas registrada en 2022 se mantiene este año y la producción del energético se congela en los 37 MMmcd habría un déficit de 3,1 MMmcd para cumplir con el mercado interno, Brasil y la Argentina. En ese escenario ¿de dónde obtendría YPFB los volúmenes de gas que se requerirán? ¿a cuál de los mercados reduciría los volúmenes de gas?
Es preciso recordar que el 30 de diciembre de 2022, YPFB y Enarsa firmaron la séptima adenda al contrato de compra y venta de gas natural suscrito el 19 de octubre de 2006, que entró en vigencia el 1 de enero de 2007. El nuevo acuerdo establece que, en verano, los envíos pueden reducirse de 4 a 7 MMmcd y en invierno subiría a un máximo de 8 MMmcd.
En el caso del Brasil, el 5 de agosto de 2022, los representantes de YPFB y Petrobras firmaron la undécima adenda al contrato de compra venta de Gas Natural GSA (Gas Supply Agreement, por sus siglas en inglés). El acuerdo establece que YPFB ya no estará obligado a entregar 20 MMmcd de gas para no ser pasible a sanciones, sino que podrá reservar entre cuatro a seis MMmcd para otros mercados.
En base a la suma de las ventas mínimas que podría hacer YPFB al Brasil de 14 MMmcd y a la Argentina en un promedio de 8 MMmcd por el invierno, la suma llegaría a 22 MMmcd, Si a esta última cifra se adiciona los 12,6 MMmcd del mercado interno que se registró en 2022, el resultado final sería de 34,6 MMmcd, es decir, habría un superávit de 2.4 MMmcd si se mantiene la producción en 37 MMmcd, ahí no existirían problemas.
Ambos escenarios de oferta y demanda de gas están enmarcados en la caída de la producción del energético, debido a que no hubo una agresiva inversión en exploración petrolera en los últimos 17 años, por ejemplo, según datos de YPFB el plan de inversiones entre 2014 y 2023 cayó de $us 2.114 millones a $us 668,99 millones. Esta es la causa por el cual se deben hacer cálculos cada año para saber si alcanzarán los volúmenes de gas para Brasil, Argentina y el mercado interno, debido a un trabajo que no se realizó en su momento desde 2006.
El 29 de abril, el Presidente Luis Arce, reconoció el descenso en la producción de gas natural, debido a que los pozos “se cansaron”, cuya solución demandará “tiempo” porque se debe realizar “más exploración” y más inversiones”. En base a estos antecedentes, se fundamenta la caída de la renta petrolera entre 2014 y 2022 de $us 5.489 millones a $us 2.970 millones, es decir, hubo un declive de $us 2.519 millones.
El problema de la caída en la producción de gas natural no será superado en corto plazo porque los trabajos de exploración hidrocarburífera demandan de dos o tres años como mínimo, en caso de que exista una decisión política de parte de las autoridades del área. Es por este motivo que se deben impulsar otros sectores productivos alternativos al gas y que pueden generar riqueza en favor del Estado boliviano.
En ese sentido, se debe apoyar con políticas de incentivo al turismo, la diversificación de nuevos productos para la exportación, aplicar medidas agresivas de apoyo al agro con tecnología en la producción de alimentos y de ganado bovino, porcino, ovino o camélido y fomentar la creación de centros tecnológicos de software para diferentes sectores de la economía.
Es preciso la reflexión y el diálogo de todos los sectores de la economía y el gobierno ante esta situación porque el negocio del gas natural dejó de ser el sustento del erario nacional como fue hace una década por las causas ya señaladas.
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