Por: Lic. M. Sc. Willy Marcos Chipana Mamani
Las malas noticias económicas no paran porque se convirtieron en el azote para los bolivianos a causa de las malas políticas aplicadas por los gobernantes de turno. Estas palabras radican en el desplome histórico de las reservas internacionales netas (RIN) hasta agosto de este año.
Las RIN entre abril y agosto de 2023 registraron una caída de $us 3.158 millones a $us 2.147 millones, lo que significa un descenso de $us 1.011 millones. El resultado muestra que la cifra está por debajo de los niveles alcanzados antes de 2006, pues según datos oficiales del ente emisor; en 2006, las RIN alcanzaron los $us 3.177 millones (MM); en 2014, ascendieron a su nivel más alto al situarse en $us 15.122 millones.
¿Para qué sirven las RIN? Son activos que sirven para garantizar los pagos internacionales por bienes y servicios importados, atender el servicio de la deuda, mantener la estabilidad de la moneda nacional, es garantía de empréstitos contratados en el exterior y constituyen la liquidez internacional con que cuenta un país para enfrentar choques macroeconómicos adversos.
El Banco Central de Bolivia (BCB) y el ministro de Economía y Finanzas Públicas Marcelo Montenegro, echaron la culpa de este hecho a la falta de inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos, el pago de la deuda externa, la guerra entre Rusia y Ucrania, la inestabilidad en el contexto mundial, la inyección de recursos al sector financiero que supuestamente fue para afrontar la alta demanda de dólares.
El oficialismo, espera revertir la caída de las RIN con más deuda externa que se vaya a aprobar en el Órgano Legislativo y la instalación de plantas de biodiesel.
La justificación es similar a la que exponen los estudiantes cuando buscan aprobar el año, a pesar de que no hicieron nada para aprobar el curso. ¿Cuáles son las consecuencias en la economía del ciudadano de a pie el desplome de las RIN? ¿Quiénes son los responsables de esta situación?
Los directos responsables de este hecho son el exministro de Economía del gobierno de Evo Morales y actual Presidente Luis Arce y el Vicepresidente David Choquehuanca, respectivamente, debido a que no cuidaron la economía ni denunciaron las políticas equivocadas que se aplicaron entre 2006 y 2019. A este paso no se sabe si las RIN bajaron o se mantuvieron entre agosto y noviembre de este año.
Esta situación demuestra que la economía está en una crisis estructural, que se refleja la rebaja en las calificaciones otorgadas por las calificadoras internacionales y genera incertidumbre en la población de pie. Este último aspecto, es una variable importante en una economía porque si existe incertidumbre, los inversionistas extranjeros o nacionales dejan de invertir y afecta al crecimiento del país.
El gobierno de Arce aseguró que la subvención a los carburantes en 2014 continuará, y para ello presupuestó $us 1.400 millones, y apuesta a la deuda externa para salir de este problema. Sin embargo, las reservas internacionales no alcanzarán para seguir con la subvención y la deuda pública será insostenible porque el país ya no es solvente ni tiene los suficientes recursos para garantizar el pago de los préstamos.
Según datos del BCB, la deuda externa hasta el 30 de septiembre de 2023 alcanzó los $us 13.408 millones, y la deuda interna, conforme a la información extraída del Ministerio de Economía en similar periodo fue de Bs 128.115 millones que al tipo de cambio (Bs 6,96) asciende a $us 18.407 millones. La suma de ambas cifras asciende a $us 31.815 millones. El nivel de la deuda externa con relación al Producto Interno Bruto (PIB) 2022 ($us 44.315 millones) alcanza el 30%.
Asimismo, creer que la deuda externa es la solución a los problemas en un mundo financiero en la que las tasas de interés subieron no es racional, más aún, si no se cuenta con el suficiente respaldo en las reservas internacionales para honrar los pagos y las bajas calificaciones otorgadas por las calificadoras internacionales. Este hecho podría derivar en una deuda insostenible porque por un lado se incrementan los préstamos externos, y por el otro, las reservas internacionales que sirven para garantizar su pago se reducen.
Las autoridades del gobierno hasta el momento no quieren admitir que la situación económica es crítica y que el modelo económico ya no funciona porque los resultados muestran que no pudo sacar al país de la crisis en la que está. La economía boliviana requiere generar dólares de manera urgente no sólo para garantizar la subvención para los carburantes, sino también para contar con el suficiente respaldo financiero en las reservas internacionales, pero con una economía informal que alcanza al 85% y un aparato productivo casi inexistente, el destino es incierto.
Esta reducción en las reservas internacionales es preocupante, en una economía que supuestamente está “blindada”, si no cambia el panorama puede conducir a la falta de dólares para las operaciones comerciales de importación y una presión sobre el sistema cambiario. Esta situación demuestra que la bonanza financiera registrada gracias a la venta del gas natural al Brasil y Argentina terminó.
En la actual coyuntura económica, es importante implementar incentivos para atraer inversión nacional y extranjera para incrementar la producción con el objetivo de generar estabilidad económica y asegurar el desarrollo nacional y aplicar alivios tributarios como la eliminación del impuesto a las transacciones financieras (ITF).
Es menester el impulso a la diversificación y apoyo a las exportaciones como de la soya, quinua, carne de res o aves, la implementación de tecnología en el sector agropecuario (genética y maquinaria) como en el occidente, acelerar el desarrollo de proyectos productivos como del Mutún, el litio y la implementación de una política pública de respaldo al turismo con recursos y normativas.
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