Las verdades que se ocultan con la baja tasa de inflación y el récord en las remesas

La columna de Chipana - Willy Marcos Chipana Mamani

Por: Lic. M.Sc. Willy Marcos Chipana Mamani

En el argot popular existe un dicho que señala: “La mentira es una escalera, por donde llega a rico, quien pobre era”. En los últimos días, el gobierno mencionó que las remesas hasta noviembre de 2023 rompieron récord y la inflación registrada el año anterior es una de las más bajas como resultado del buen manejo macroeconómico.
Sin embargo, es importante saber qué hay detrás de cada variable que es enarbolada por las autoridades del Órgano Ejecutivo como logros de una gestión, quienes al final cobran un salario cada mes como resultado del pago de los impuestos de todos los bolivianos.

Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), las remesas entre enero y noviembre de 2023 alcanzaron los $us 1.287 millones, lo cual es mayor a similar periodo en 2022 que fue de $us 1.285 millones. El aumento de las remesas enviadas por los bolivianos a sus familiares no es gracias a la benevolencia de los que trabajan en el extranjero, sino que refleja el aumento del número de más connacionales que deciden marcharse del país por la falta de oportunidades económicas y laborales.

Muchos bolivianos que se fueron a Chile, Argentina, Estados Unidos, Brasil o a Europa no fue por deporte, sino porque en el país no existen las condiciones económicas ni de trabajo, lo cual se escucha en las reuniones de amigos y familiares, donde se comenta que sólo los militantes del partido político tienen empleo o los que “tienen muñeca” pueden acceder una consultoría o a un contrato de prestación de servicios.

Las remesas registradas en los primeros 11 meses del 2023 ($us 1.287) no debería causar alegría, sino tristeza porque refleja la fuga de cerebros y fuerza de trabajo, pues son bolivianos que se fueron del país por la falta de políticas de empleo y aumento de productividad en los sectores privado y público.

Asimismo, la inflación registrada en 2023 del 2,1% se sustenta en la subvención a la gasolina y al diésel que hasta 2022 causó el déficit fiscal del 7,2% y para este 2024 se proyecta el 7,8%, según el Presupuesto General del Estado (PGE) 2024. Además, el mantenimiento del tipo de cambio fijo nominal, lo que permite importar muchos productos y servicios a bajo precio.

Asimismo, la baja tasa de inflación no sólo se debe a la subvención a los alimentos y a los carburantes, sino también al aumento del contrabando de productos, que según la Cámara Nacional de Industrias (CNI) en 2022 alcanzó los $us 3.331 millones. La política de subvención no responde a la bondad de los políticos en función de gobierno, sino a la búsqueda de apoyo electoral o tener contento al electorado sin importar la sangría que cause a las arcas del tesoro o a las reservas internacionales que en 2023 cayeron a $us 1.709 millones.

En economía hay diferentes formas de ocultar la verdad, pero cuando la población tiene la fotografía completa los engaños tienen patas cortas. La propaganda o el lobby que realizan las autoridades gubernamentales para reiterar que la economía está bien se cae en saco roto.

Es importante un acuerdo público-privado para lograr una mayor producción, creación de empleos seguros con salarios dignos. El pacto debe apuntar a establecer políticas que generen el aumento de las exportaciones, el incentivo al turismo, la aplicación de tecnología de última generación en el sector agropecuario de forma integral, facilitar la instalación de empresas, seguridad jurídica para la inversión extranjera y nacional y el impulso en la industrialización de los recursos naturales.

Related posts

Intento fallido de golpe no cambiará la situación económica del país

¿Cuál debería ser nuestro sueño como bolivianos?

Algunas consideraciones sobre el incremento salarial obligatorio en Bolivia