Especial AMUN
En medio de varones corpulentos y enormes motorizados, destaca Claudia Mamani Cusi. A sus 27 años luce con orgullo su licencia de categoría T, puede manejar retroexcavadoras, topadoras y tractores oruga. Es la única operadora de maquinaria pesada en el Gobierno Municipal de La Paz.
A las 18:25, la joven llegó afanosa hasta la Entidad Descentralizada Municipal de Maquinaria y Equipo (EDMME), en la zona Sur; en minutos, cambió su pollera por un overol. Trabaja en horario nocturno hasta las 05:00, pero, si hay muchas emergencias, se queda más tiempo.
Con una sonrisa subió a su retroexcavadora para conversar con la Agencia Municipal de Noticias en la cabina, donde se siente más cómoda. “Soñaba desde niña manejar, jugaba que era operadora, siempre quise operar estas máquinas”, contó Claudia mientras acomodaba su equipo cerca de las volquetas.
“¿Me preguntas si fue difícil?, claro que sí, fue muy difícil, pasé muchos obstáculos”, confesó la operadora sobre sus vivencias. A sus 13 años, el primer vehículo que condujo fue un taxi Nissan, años después comenzó a cumplir su anhelo de infancia, fue operaria en un negocio arenero.
Tiene 10 años de experiencia y desde hace siete años está en la Alcaldía de La Paz. “Un día, un vecino me dijo: ‘¿manejas movilidad?, me falta operador’, en tono de broma; mi objetivo era trabajar conduciendo, me incorporé y aprendí, así empecé en Viacha”, dijo Claudia en medio de sonrisas porque al principio no sabía reconocer un terreno adecuado para sus labores.
Madre de 3 niños
Ahora, es experta en identificar las características de cientos de barrios, cuencas y vías de la sede de Gobierno. “En La Paz hay muchas pendientes y ríos”, explicó la joven a tiempo de comentar que estuvo en la caída de talud en Jinchupalla, en el macrodistrito Cotahuma, donde trabajó bajo una intensa lluvia; horas más tarde, la enviaron a otra zona.
Vio salir el sol mientras trabajaba. “Es duro el trabajo en esta época de lluvias”, relató la operadora. Combina su oficio con su rol principal, ser madre de sus hijos de 11, ocho y dos años, por quienes sale con premura del trabajo para darles el desayuno y que el bus escolar no los deje.
Vive en El Alto y durante el día también debe encargarse de las labores de su casa junto a su pareja, quien es conductor de transporte público. “En la EDMME soy la única, me dicen ‘qué bien que manejes’, mis compañeros me apoyan y los jefes ven mi trabajo”, dijo Claudia.
“En el día descanso, pero con la familia es complicado, es difícil, tengo que atender a mis hijos, ver la casa, pero antes de venir a trabajar duermo un par de horas… Me gusta mi trabajo”, relató la joven. Entre risas, dijo que sus amigas y comadres le expresan su admiración: “¿Cómo puedes?, yo ni a la esquina llegaría en bicicleta”, le dicen.
Una jornada normal, Claudia llega al trabajo, revisa el aceite, el agua, el sistema hidráulico, eléctrico y las luces, luego da lo que los operadores conocen, como la “vuelta al universo”, que es conducir la maquinaria por el parqueo para verificar que no tienen ningún desperfecto. “Si está mal la llanta o algo, llevamos a mantenimiento”, precisó.
Mientras recordaba las cientos de emergencias que atendió, empezó a llover. “Así pasa cuando salimos, por eso trabajo bien concentrada, debo cuidarme y cuidar el equipo”, dijo la joven, quien destacó el agradecimiento de los vecinos cuando sale a trabajar. Muchas veces le dan café, sándwiches y le preguntan si le falta algo.
“¿Mi mensaje a las mujeres?, decirles, deben ponerse fuertes y seguir adelante, lo que una sueña, tienen que cumplir”, expresó Claudia con una sonrisa. Minutos antes de las 19:30 y ante la lluvia persistente, sabía que era hora de salir con su equipo.