El país perdió de más de USD 11.000 millones en 16 años de retraso en el proyecto del litio

Tras casi 16 años de atraso y una pérdida de más de 11 mil millones de dólares, aumentan los pedidos al Gobierno para que publique los convenios a los que llegó con dos empresas, rusa y china, dentro del proyecto de industrialización del litio que persigue el país. Todo esto en medio de una realidad que -según Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB)- demanda como la alternativa más sensata cambiar la tecnología que se eligió en un inicio.

 

Luego de años de inversión y experimentación, Bolivia se enfrenta a una realidad desafiante en su intento por aprovechar sus vastas reservas de litio. Según un recuento breve de la historia del proyecto del litio boliviano realizado por el medio Cabildeo Digital, en 2008, durante la gestión del MAS, se invirtieron 1.675 millones de dólares en un proyecto liderado por Evo Morales y Luis Alberto Echazú, el cual no cumplió con las expectativas.

Ese proyecto consistió en la construcción de 160 piscinas en el Salar de Uyuni, cubriendo una extensión de 21 hectáreas, con un costo total de 670 millones de dólares. Estas piscinas, diseñadas para la evaporación del agua y la extracción de litio, han resultado inútiles debido a una serie de aspectos técnicos y climáticos.

 

“En principio se acordó que YLB se haga cargo de la química básica, pero seamos realistas, no contamos con la tecnología adecuada. YLB sola no lo podrá hacer, sin las empresas extranjeras. Hay falencias en el marco normativo que limita la inversión en un escenario donde YLB no tiene capacidad financiera”, dijo recientemente el ministro de Hidrocabruros y Energía, Franklin Molina.

 

La autoridad asegura que para afrontar el rezago en la implementación de la producción industrial del carbonato de litio, es imprescindible adecuar  la norma vigente para que la inversión directa extranjera y la cooperación académica lleguen al sector de los recursos evaporíticos y posibiliten recuperar los “14 años perdidos”.

 

A inicios de 2024, la presidenta de YLB, Karla Calderón, admitió que fue necesario reorganizar todo el proceso en la planta de carbonato de litio para lograr una operación inicial al 20% y así generar 3.000 toneladas al año. Dijo que en los tres años de gestión de Luis Arce se puso en marcha la Planta Industrial de Carbonato de Litio, lo que es “bastante considerable”, tomando en cuenta que la construcción del proyecto “no tenía un avance significativo” en 2021

El problema clave con la tecnología de evaporación radica en su incompatibilidad con el clima del Salar de Uyuni, donde las lluvias frecuentes dificultan el proceso de evaporación durante gran parte del año. Esta limitación resultó en una serie de intentos fallidos en la producción de litio, desde plantas piloto hasta instalaciones industriales. Todas con resultados insatisfactorios.

A pesar de los esfuerzos, solo el 40% de las piscinas funcionan correctamente, según informes de la periodista Madeleyne Aguilar. En consecuencia, las plantas que se construyeron en el Salar de Uyuni, nunca tienen la cantidad de materia prima que necesitan para su funcionamiento.

 

En 2021, el gobierno de Luis Arce decidió cambiar de enfoque hacia la Extracción Directa del Litio (EDL), buscando atraer inversiones internacionales. Sin embargo, dos años después, en un día catalogado como “histórico”, la planta para producir carbonato de litio fue inaugurada pero no pudo arrancar debido a la falta de materia prima.  Mientras tanto, otros países como Chile, Australia y Argentina avanzan en la producción de litio, aprovechando tecnologías más eficientes y condiciones geográficas favorables.

 

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