Por: Martin Moreira
Miembro de la Red Boliviana de Economía Política
En las últimas décadas, El Alto se ha consolidado como uno de los principales polos de desarrollo del país, impulsado por la inversión pública, el crecimiento empresarial y la fuerza emprendedora de su población. La expansión económica de la ciudad se ha reflejado en un aumento significativo del financiamiento productivo, la bancarización y la formalización de la economía, factores que han dinamizado diversos sectores estratégicos como la industria, la construcción y el comercio. Además, la inversión en educación superior y acceso a vivienda ha fortalecido el desarrollo social de la urbe. Sin embargo, la consolidación de su crecimiento exige nuevos retos, como la metropolización y el reordenamiento urbano, que permitan potenciar su estructura productiva y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El desarrollo en diversas regiones del país está marcado por un crecimiento evidente, y esto no se le puede negar al modelo económico vigente. Un claro ejemplo de cómo la inversión pública ha fomentado un crecimiento acelerado es El Alto, ciudad caracterizada por una gran migración y una fuerte tradición de lucha. Su crecimiento ha sido impulsado por emprendedores que, poco a poco, han convertido a esta urbe en uno de los principales polos de desarrollo del país.
La próxima meta de El Alto es su metropolización, pero para ello es necesario un reordenamiento urbano que aborde temas clave como su parque industrial. La consolidación de este espacio ayudaría significativamente al desarrollo económico, permitiendo concentrar a las industrias ya establecidas e incentivar la llegada de nuevas empresas. Otra propuesta estratégica es la reubicación del aeropuerto fuera de la ciudad, lo que permitiría reutilizar ese terreno para la creación de áreas verdes, edificios institucionales y un centro empresarial que impulse aún más el crecimiento de esta pujante ciudad.
Para comprender el impacto de la inversión pública, es necesario revisar su evolución en el tiempo. Entre 2006 y 2024, la inversión pública ejecutada en el municipio de El Alto alcanzó los $us 129 millones, un incremento significativo en comparación con el período neoliberal, cuando el promedio anual era de apenas $us 10 millones. Este aumento responde a políticas de fortalecimiento del desarrollo urbano y productivo dentro del marco del modelo económico, lo que ha permitido potenciar la fuerza emprendedora de la ciudad y generar un crecimiento exponencial.
La base empresarial del municipio de El Alto creció un 19,5% en los últimos cuatro años, pasando de 28.513 empresas al cierre de 2020 a 34.087 en 2024. En términos netos, esto representa la creación de 5.574 nuevas empresas, reflejando la expansión y dinamización del sector empresarial. Si analizamos su evolución desde 2005, cuando contaba con 1.696 empresas, el crecimiento en 19 años ha sido del 200%, impulsado por un entorno más favorable para los emprendedores.
Este dinamismo también se refleja en el acceso al crédito. Para 2024, el sistema financiero otorgó financiamiento productivo a 142.277 iniciativas en El Alto. Entre 2020 y 2024, el monto destinado a estos créditos creció de $us 735 millones a $us 1.071 millones, un incremento del 46%. Si comparamos con 2012, cuando el financiamiento alcanzaba apenas $us 141 millones, el crecimiento acumulado hasta 2024 es del 660%.
Ese capital ha sido clave para fortalecer sectores estratégicos como la industria manufacturera y la construcción, que concentraron el 88,2% del total de créditos ($us 639 millones y $us 305 millones, respectivamente). El resto se destinó a turismo ($us 65 millones, 6%), agricultura ($us 54 millones, 5,1%) y otros rubros. Estas inversiones han sido fundamentales para fortalecer el empleo, dinamizar la economía local y consolidar a El Alto como un motor de desarrollo para el país.
Este crecimiento económico va acompañado de un aumento significativo en los depósitos del público en el sistema financiero del municipio de El Alto. Entre 2020 y 2024, estos depósitos pasaron de $us 654 millones a $us 896 millones, lo que representa un crecimiento del 37% en cuatro años. En la última década, el incremento ha sido aún más notable: en 2013, el monto ascendía a $us 291 millones, lo que significa un aumento del 207,9% hasta 2024. Este crecimiento refleja una mayor bancarización y confianza en el sistema financiero.
En el ámbito social, el acceso a la vivienda también ha mostrado avances significativos. En 2024, el Crédito de Vivienda de Interés Social alcanzó los $us 162 millones, consolidando el financiamiento para la adquisición de viviendas, anticréticos, ampliaciones y otras mejoras habitacionales. Mientras que en 2014 solo 366 familias pudieron acceder a este tipo de crédito, en 2024 el número de beneficiarios ascendió a 4.800 familias, evidenciando una mayor inclusión financiera en este sector.
Otro aspecto clave ha sido la potenciación de la educación superior en la ciudad. Entre 2021 y 2024, la Universidad Pública de El Alto (UPEA) recibió en promedio Bs 405 millones anuales en transferencias del nivel central, provenientes de la coparticipación tributaria, el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, subsidios y subvenciones. Este monto es más del doble del promedio de Bs 184 millones registrados entre 2006 y 2019, y 25 veces superior a los Bs 16 millones anuales asignados en el período 2000-2005. Este incremento sostenido de recursos ha permitido a la UPEA expandir su infraestructura y mejorar su capacidad académica, fortaleciendo así la formación profesional en la ciudad.
En esta misma línea, la necesidad de formalización en la urbe se vuelve un factor clave para garantizar un crecimiento acompañado del cumplimiento impositivo. Entre noviembre de 2020 y noviembre de 2024, la recaudación tributaria en El Alto aumentó de Bs 257 millones a Bs 417 millones, reflejando un crecimiento del 62,2%. Comparado con 2006, cuando se implementó el Modelo Económico y la recaudación era de Bs 69 millones, el incremento acumulado hasta 2024 alcanza el 618,9%. Este crecimiento en la recaudación responde a una mayor actividad económica y a la formalización progresiva de la economía alteña.