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Por: Bolivia Verifica
Una veintena de mujeres de la nación indígena tacana se han organizado y capacitado en la elaboración de artesanías, pero esta iniciativa tiene un alto impacto no solo en sus vidas privadas, sino en la de su entorno familiar y social e incluso en la preservación del medio ambiente y de su propia cultura.
Estas mujeres que han adquirido nuevas habilidades, ahora son más autónomas económicamente, producen de manera ecoamigable, recuperan su tradición y cultura en los diseños de sus productos y heredan todo este conocimiento a las futuras generaciones.
La iniciativa ha visto la luz en el distrito Tumupasa del municipio de San Buenaventura, al norte del departamento de La Paz. El área forma parte de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Tacana conformada por 20 comunidades ubicadas entre San Buenaventura e Ixiamas.
Esta nación indígena es de tradición textil y agrícola, con técnicas y conocimientos que han pasado de generación en generación, pero que han ido perdiendo fuerza con los años.
“Nosotras nacimos aquí y queríamos aprender a hacer lo que nuestros ancestros hacían, cosa que aquí en Tumupasa se estaba perdiendo”, dice Lilian Gonzáles, una joven artesana que participa de la iniciativa llamada las Tejedoras Tacana del Consejo Indígena de Mujeres Tacana (Cimta).
Las emprendedoras realizan tejidos y artesanías que son comercializados en distintas partes del país y hasta han alcanzado convenios con varias instituciones privadas que adquieren sus productos para obsequiarlos, por ejemplo, a modo de souvenirs.
El inicio de todo
Ante el peligro de perder la herencia del tejido y sus técnicas, los conocimientos ancestrales y los vínculos que las y los tacana tienen con la naturaleza, el Cimta y Conservación Internacional Bolivia decidieron emprender el proyecto de las Tejedoras Tacana.
Gonzáles le cuenta a Bolivia Verifica que el emprendimiento comenzó a funcionar oficialmente el 7 de octubre de 2022. Sin embargo, realizaron varias gestiones y actividades previas.
Claribel Marupa relata que, de inicio, eran solo nueve las que tomaron el primer taller para aprender tejido, pero con las siguientes convocatorias llegaron a ser 12, luego 16 y actualmente son 20 las integrantes.
En todo caso, el cupo no está cerrado, cualquiera que desee aprender este oficio puede inscribirse siempre y cuando pertenezca al lugar, tenga más de 18 años y acepte críticas constructivas.
Un detalle importante es que al asociarse, pudieron realizar las gestiones para su reconocimiento legal. “Estamos agrupadas por muchas necesidades, como el tema legal para ser reconocidas y salir más adelante”, afirma.
Generan sus propios ingresos económicos
Los trabajos que realizan las tejedoras tacanas son comercializados en distintas tiendas ubicadas en las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Rurrenabaque (Beni). Asimismo, instituciones como Conservación Internacional, el Banco Bisa y otras realizaron distintos pedidos como llaveros, colgadores de credenciales, entre otros.
Esto permite que las tejedoras generen sus propias ganancias. “Es un ingreso económico que tenemos como mujeres, y gracias a Dios apoyamos en el sustento del hogar, aunque creo que todavía no lo podríamos sustentar solas, siempre con el apoyo de nuestros esposos. Pero, podemos decir que con este apoyo que tenemos traemos el pan para los niños”, expresa con satisfacción Gonzáles.
Revalorizar la cultura cuidando el medio ambiente
A esto se suma que la labor de las tejedoras no contamina el medio ambiente porque la producción es artesanal y a mano.
Con ese fin, emplean la ténica con palca, que consiste en un armazón de madera que les permite tejer los hilos sin que haya la necesidad de usar ningún tipo combustible, por tanto, en su labor no emiten gases de efecto invernadero.
La materia prima que emplean es el algodón y otras fibras naturales propias del lugar. De esta manera se realiza un aprovechamiento sostenible del bosque amazónico en el que habitan.
Además de generar ingresos económicos para las tejedoras y sus familias, el objetivo es promover el cuidado del medio ambiente, el respeto a la naturaleza y a todos los seres que habitan en ella. Mediante sus tejidos y artesanías se transmiten diversos mensajes con valor cultural, conocimiento e identidad.
La siguiente imagen muestra cada uno de los símbolos utilizados en los tejidos tacanas y lo que representan:
Gonzáles indica que una de las debilidades detectadas hasta ahora es la falta de un espacio en Tumupasa para la exposición de sus productos a los turistas, pues saben que también podrían obtener ingresos por su comercialización en el mismo lugar donde habitan.
Todas las empresas que deseen contactarse con las Tejedoras Tacana lo pueden hacer mediante su página de Facebook https://www.facebook.com/profile.php?id=100088210239057.
Las personas particulares también pueden apoyar a esta iniciativa comprando sus productos en sus tiendas físicas: Walisuma y Mistura en La Paz, Rurrenabaque (Beni) y en Santa Cruz.
Asimismo, las tejedoras hacen envíos a cualquier parte del país, lo que significa que se pueden realizar compras virtuales. A continuación, describimos algunos productos y sus costos:
- Individuales para mesa Bs 86.
- Posavasos Bs 22.
- Bolsa joyera Bs 32.
- Sombrero Bs 160.
- Estuche para gafas Bs 80.
- Cinta porta lentes Bs 40.
- Faja llavero Bs 17.
Además de lo mencionado se realizan carteras, bolsas de mercado, colgadores para credenciales y otros.
La problemática
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos a 2023, la tasa de desempleo en Bolivia alcanza ael 3,6%. Pero, el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) apunta que solo el 15% de los bolivianos ocupados tienen una fuente de empleo formal.
La trabajadora social Pamela Velasco explica a Bolivia Verifica que, si bien las Tejedoras Tacana no van a solucionar el problema del desempleo, la iniciativa que desarrollan es un pequeño aporte a la solución de esta problemática.
“Enseñar a emprender a otras personas es muy positivo, quienes aprenden poco a poco se perfeccionan, venden, trabajan duro y así crean sus propias micro y pequeñas empresas. De esa manera nace prácticamente la industria. En nuestro país los emprendedores son los que más terminan dando trabajo a otras personas ya sea directa o indirectamente”.
Por su parte, el psicólogo Mauro Luján comenta que tener un trabajo es muy importante no solo por la parte económica, también porque ayuda a socializar con los demás, a sentirse realizado y es una manera de contribuir con el desarrollo de la sociedad.
“Las personas que no trabajan o no se mantienen ocupadas sienten que son una carga para los demás, que no pueden valerse por sí mismas y se vuelven dependientes. En algunos casos llegan a entrar en depresión ante la carencia de bienes y servicios, o se vuelven adictos a ciertos vicios como drogas o alcoholismo”.
Por otra parte, el experto asegura que la identidad cultural se está perdiendo en varios lugares del país y se muestra preocupado porque junto a ella se van las tradiciones, creencias, símbolos, e incluso los valores propios de cada región.
“Con el surgimiento del internet, los jóvenes adoptan culturas de otros países como las japonesa, europea y otras, dejando de lado su propia esencia, sus propias raíces. Esto generalmente pasa porque no conocen su propia historia, se debe trabajar más en ese punto” comentó.
A la vez mencionó que el trabajo que realizan las Tejedoras Tacana no solo le da valor a su propia cultura “También exportan los conocimientos a otros lugares y motivan al cambio de pensamiento que es lo que hace bastante falta. Una persona sin identidad es insegura, carece de valores y puede experimentar distintas crisis o dificultades al momento de tratar de encajar con los demás”.
En esa línea, Claribel Marupa menciona que es importante que los jóvenes desarrollen sus emprendimientos, pero que no se olviden de la cultura y conocimientos ancestrales que tiene nuestro país.
Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).
