Por: ABI
El histórico Palacio Quemado será escenario y testigo de la historia que empezará a escribirse desde este 8 de noviembre. Ubicado al frente de plaza Murillo, se vestirá de gala para recibir a su nuevo inquilino, Rodrigo Paz, quien lo hará sede de sus funciones, como lo hiciera su padre, Jaime Paz (1989-1993).
Construido entre 1845 y 1852, durante los gobiernos de José Ballivián y Manuel Isidoro Belzu, se constituyó a lo largo de la historia en el ícono del poder político y el escenario de innumerables decisiones que marcaron y definieron los destinos de Bolivia. En 1875 fue quemado y de ahí el nombre de Palacio Quemado.
En agosto de 2018 fue reemplazado como sede de funciones del Presidente por la denominada Casa Grande del Pueblo, que fue construida detrás de la histórica infraestructura. Quedó como una especie de anexo, pero mantuvo el resguardo de la Escolta Presidencial “Colorados de Bolivia”.
“Me gusta mucho más nuestro Palacio Quemado, por un hecho histórico y todos los procesos que ha tenido y el valor que representa para la democracia”, afirmaba Paz en octubre, en una entrevista en el programa No Mentirás de la privada RTP, anticipando una elección de su lugar de trabajo por la sobriedad y la historia.
Las sorpresas de la vida lo ponen en el lugar que ocuparon su padre, el expresidente Jaime Paz, y su tío abuelo, Víctor Paz Estenssoro, líder de la Revolución Nacional de 1952, fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y cuatro veces electo presidente de Bolivia.
Rodrigo Paz postuló a la Presidencia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), acompañado de Edmand Lara, su vicepresidente. Ganó las elecciones de primera vuelta del 17 de agosto con el 32,06% de los votos, mientras que, en el balotaje del 19 de octubre, consiguió un 54,86% de la preferencia frente a Jorge Quiroga.
Ni bien asuma el mando de Bolivia, este 8 de noviembre, iniciará oficialmente sus actividades, y Palacio Quemado volverá a ser el centro de atención política y de decisiones que definirán el curso de la historia de Bolivia, que este año cumplió 200 años de su fundación.

