Bolivia empieza una nueva etapa en su historia con el presidente Rodrigo Paz. Juró este sábado con mensajes de unidad y de resolución de los problemas que preocupan a la ciudadanía; sin embargo, fue sincero al graficar una situación de crisis que requerirá de decisiones que “no serán fáciles”.
Las actividades empezaron muy temprano en la mañana y una llovizna persistente le dio un toque especial; a muchos se escuchó decir que “era una bendición”. Primero llegó y juró como vicepresidente del país, Edmand Lara, en la Asamblea Legislativa, vestido con un impecable uniforme de gala de la Policía Boliviana.
Para entonces, más de 70 delegaciones internacionales, expresidentes e invitados especiales ocupaban los espacios designados en la Asamblea que, poco después, recibió en medio de aplausos a Paz, quien juró con el signo de la cruz como el sexagésimo octavo presidente en los 200 años de historia de Bolivia.
“Es el tiempo de la democracia verdadera y del respeto de la ley… Es tiempo de reencuentro, es tiempo de reconciliación, es tiempo de la unidad”, abogó Paz en un discurso que trazó los lineamientos generales que guiarán su gestión en los próximos cinco años.
Hizo un recuento de cómo recibió Bolivia y perfiló el pragmatismo en su administración de gobierno. “La ideología no te da de comer, lo que te da de comer es el empleo, la producción, el crecimiento, el respeto a la propiedad privada, la seguridad ciudadana, la seguridad jurídica”, consideró.
Mantuvo en su posesión una cercanía con la ciudadanía que llegó hasta plaza Murillo, para atestiguar este cambio de ciclo. Paseó, junto a su familia y Lara, por inmediaciones del centro del poder político, donde no solo recibió muestras de aprecio de la ciudadanía, sino también la bendición de monseñor Jesús Juárez.
Palacio Quemado retomó su papel histórico, como ya lo había anunciado Paz. Fue lugar de un brindis y un almuerzo oficial, pero también el lugar desde donde se dirigió a un numeroso grupo de personas que se apostó por horas ondeando la tricolor boliviana a la espera de sus palabras.
Acompañado de su familia salió al balcón y desde ahí informó que ya tiene su gabinete ministerial y la ruta para enfrentar esta compleja situación económica, aunque matizó que no será una solución inmediata.
“No va a ser de la noche a la mañana, pero lo importante es que ya hay gasolina y diésel, y tenemos que, poco a poco, ir resolviendo para acabar con esas malditas filas y a su vez darle tranquilidad al pueblo de Bolivia. Las decisiones que vamos a tomar, no serán fáciles”, afirmó sin dar mayores detalles.
Una verdadera fiesta democrática se vivió en plaza Murillo y luego los festejos fueron trasladados a la avenida Camacho, donde diferentes grupos musicales deleitaban a las personas que se dieron cita no solo de La Paz, sino de diferentes regiones de Bolivia.
“Como nunca Bolivia está volviendo al mundo y el mundo está viniendo a Bolivia (…), hoy día que sea de festejo. Mañana descansemos, pero el lunes empezamos nuestro duro trabajo”, anunció Paz.
Una vez que asumió la Presidencia de Bolivia, tiene como tarea inmediata la posesión de su gabinete ministerial.

